Los nuevos aranceles al acero y aluminio impuestos por Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump podrían tener un impacto mayor al registrado en 2018. De acuerdo con el análisis del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), la medida afectaría el 4.7% de las exportaciones mexicanas, equivalente a más del 1.5% del PIB de 2024. A diferencia del arancel previo, que se centró en materias primas como el hierro, el acero y el aluminio, la nueva disposición amplía su alcance a productos manufacturados esenciales para la industria mexicana, como autopartes, electrodomésticos y equipos electrónicos.

El sector automotriz es uno de los más vulnerables ante esta medida. De las 123 fracciones arancelarias incluidas en la proclamación presidencial, 68 corresponden a componentes y piezas utilizadas en la fabricación de vehículos y camiones. Solo estas nuevas categorías representaron más de 20 mil millones de dólares en exportaciones en 2024, un 3.91% del total de envíos de México a Estados Unidos. La fracción más afectada es la de partes y accesorios para carrocerías, que sumó 7,719 millones de dólares en importaciones estadounidenses desde México el año pasado. La imposición de un 25% de arancel a estos productos podría desincentivar la competitividad del sector y generar presión en la industria manufacturera nacional.

El impacto de estos aranceles no solo se limitaría a la industria automotriz. La inclusión de bienes de alto valor agregado, como maquinaria industrial, reactores nucleares y dispositivos eléctricos, elevará los costos de producción para las empresas mexicanas y reducirá la eficiencia de exportación. Además, la incertidumbre sobre nuevas medidas proteccionistas por parte de Estados Unidos podría afectar las inversiones en sectores clave. En este contexto, el análisis del IMCO destaca la necesidad de una estrategia comercial y diplomática que minimice los efectos de estas disposiciones y garantice la estabilidad de las exportaciones mexicanas.
Aquí comparto el estudio realizado por el IMCO: