Mi vida ha cambiado.
«Los tiempos de Dios son perfectos», siempre escuché esa frase y hasta hace muy poco le encontré verdadero sentido.
He pasado por muchas cosas, como todos, con altas y bajas, sin embargo, las sacudidas últimamente han sido de mayor impacto en mi historia, he roto muchos paradigmas personales, me he redimido.
Ajustar la carta de navegación era muy necesario. Aprendí que vivir resignado no es vivir, hoy me siento libre y a plomo conmigo mismo.
Tengo la certeza que esta dirección es mi propósito, y me llena de orgullo esta nueva etapa.
Estoy renovado, listo para todo lo que sigue en mi camino. Vida nada me debes, vida estamos en paz.