Hay decisiones que te cambian la vida. Algunos caminos nos llevan muy lejos, separándonos de la única realidad que pensamos posible.
De un momento a otro das un paso sin saber que se trata de un salto al vacío, sales volando por el aire y en la caída libre recuerdas que olvidaste el paracaídas, en ese trayecto lleno de adrenalina esperas el colapso inminente… pero todo termina con un final realmente insospechado.
He tomado decisiones que me cambiaron la vida para siempre. Sin esperarlo, sin planearlo, tomé rutas que lo cambiaron todo en mi entorno de principio a fin. En momentos de paz como este, repaso los detalles y veo cada escena en retrospectiva.
Lo pienso con detenimiento y me queda claro, estar contigo me cambió para siempre.
Estoy muy agradecido por todo este tiempo en que hemos logrado tantas cosas juntos, haciendo equipo, formando una familia.
Me has demostrado lo maravillosa que eres, te he visto fuerte, amorosa, protectora, comprensiva, dadora de vida, administradora, atenta a los detalles, con visión, dando apoyo, y sobre todo, llenando de luz a nuestro hogar.
Contigo aprendí y entendí que la vida únicamente tiene boleto de ida porque el regreso sigue siendo muy incierto.
Me has acompañado en un camino de reinvención personal, es por ello y mucho más, que hoy tengo paz y tranquilidad.
Gracias por todo, mi cielo, gracias por cambiarlo todo para mi. Te amo.
P. D. Escribí esto después de encontrarme una foto de hace más de un año, la tomamos cuando nos detuvimos a comer en un lugar a la orilla de la carretera. ¿Recuerdas ese día?